Cordeluna



Empiezo a tener la seguridad de que hace mil años sucedió algo crucial en la noche de San Juan y la de Todos los Santos y que ahora nos acercamos al momento en el que ese pasado intenta volver.

Hace mil años Sancho Ramírez, soldado de Rodrigo Díaz de Vivar, conoció a doña Brianda, una condesa viuda que rápidamente se encaprichó de él y que incluso le ofreció un puesto de importancia dentro de su castillo, pero él prefirió partir al exilio junto con El Cid Campeador, cosa que a esta última no le agradó. Antes de partir a tierras de dominio árabe, Sancho recibe la espada familiar, Cordeluna, una espada persa adornada con tres piedras de luna (dos a los lados y una grande central), es mágica, ya que multiplica las emociones de la persona que la aferra (si una persona es valiente, en el campo de batalla aumenta su coraje). Sin embargo, esta espada está ligada al trágico romance del persa que la encargó.
Cuando Sancho vuelve a Castilla para entregar unos presentes al rey, los cuales demuestran que El Cid sigue cosechando éxito allá por donde va. Sancho conoce a Guiomar, la hijastra de doña Brianda y ambos se enamoran locamente. Doña Brianda celosa al enterarse acude a un maestro brujo que lanza una maldición sobre Sancho y Guiomar. Para vencer la maldición tienen 3 oportunidades de vencerla a lo largo de mil años.
Mil años después, se rueda una película por el milenio de El Cantar de Mío Cid, y para ello es contratado un grupo de adolescentes de varias partes de España. El rodaje tiene lugar en un antiguo monasterio, Nuestra Señora de las Piedras, antiguamente llamado San Salvador de los Cerros.
En este espacio coinciden Sergio y Gloria, quienes también se enamoran como previamente sucedió con Sancho y Guiomar.
¿Se conseguirá romper la maldición mil años después?

Se estaba bien allí, sin hablar, sintiendo en la piel el peso de los mil años de existencia de aquel lugar por el que habría pasado tanta gente con sus penas y sus alegrías y sus preocupaciones que ahora ya no eran más que polvo, como lo serían las de ellas mismas mil años después.

Se trata de una novela juvenil, pero esto no significa que esté escrita de forma simple, las descripciones son muy elaboradas, que perfectamente podrían aparecer en una novela seria. El toque juvenil aparece en los diálogos de los protagonistas “actuales” puesto que los diálogos “del pasado” (época de la Edad Media) tienen ese registro intrínseco medieval.
Pese a que es una novela elaborada, me he encontrado con algunos desequilibrios respecto a los protagonistas, en cada pareja había uno de los dos de los que se profundizaba más en su vida, en el caso de Guiomar y Sancho, del personaje de Sancho se contaban muchos más aspectos que de la vida de su amada, he echado de menos conocer la forma de pensar de ella o qué aspectos de su vida han forjado su carácter.
En el caso de Gloria y Sergio sí que existe cierto equilibrio, se conoce casi lo mismo de ambos ya que se cuenta por medio del narrador o ellos mismos conforme avanza la novela lo cuentan por ellos mismos.
Al ser una novela para adolescentes, la parte histórica está desarrollada en su justa medida, ya que al lector adolescente sólo le interesa saber las circunstancias que generan la historia. La parte histórica más “desarrollada” es la de la historia del monasterio, puesto que es un espacio fundamental.
En general, es una lectura amena, aunque me hubiera gustado que se hubieran desarrollado más ambas tramas, la moderna y la medieval. Sin embargo, así como está no está mal.

VALORACIÓN:  7.5/10

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